Sábado Santo

Hermandad Sacramental de la Santísima Trinidad y Nombre de Jesús y Real e Ilustre Cofradía de Penitencia de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra


Historia.

 Dos Angustias tiene Granada en su alma, la que habita en la Carrera y la Virgen de la Alhambra.



Con Nuestra Señora de las Angustias de Santa María de la Alhambra se fusionan los nombres de la imagen, del templo y del recinto nazarí de la Alhambra. 




En Ella se compendia la idea como un todo: lugar, devoción e imagen. La Virgen de la Alhambra se hizo para la Alhambra y la Alhambra para Ella, desde que la realizara el ilustre escultor exfilianero Torcuato Ruiz del Peral (1708-1773), allá por la mitad del siglo XVIII, para el convento de franciscanos observantes fundado por los Reyes Católicos, apenas conquistada Granada. La imagen, con la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, sería colocada en una de las dos capillas con que contaba el pequeño templo, que fueron construidas con motivo de la visita a la Alhambra que realizó Felipe V en 1730 y la imagen pudo hacerse años después para la primera de estas capillas, donde empezó a venerarse.




No sabemos el momento exacto en que la Virgen pasó al templo de Santa María de la Alhambra desde el cercano convento franciscano. Posiblemente, la imagen se pusiera a “buen recaudo” cuando las tropas de Napoleón entraron en la ciudad en enero de 1810. Ya, poco antes, los frailes habían huido de su convento y éste fue dedicado a cuartel; la pequeña iglesia a almacén de armas, quemando los franceses artesonados, bancos y algunas imágenes del convento para calentarse. Estoy seguro de que la Virgen no estaba allí, sino que, o se bajó al Convento de San Francisco (hoy sede del Madoc) o fue guardada en algún domicilio particular.



Retirados los franceses, el convento no se entregó a los frailes hasta diciembre de 1813, y en él estuvieron hasta 1820, en que fueron otra vez desalojados por el gobierno del Trienio Liberal, volviendo a trasladarse a la ciudad, al Convento de San Francisco.
Probablemente, la Virgen, si es que volvió al convento, ya estaría en la iglesia de Santa María de la Alhambra cuando los frailes fueron nueva y definitivamente expulsados por la Exclaustración de 1835; es más, cabe la duda de que desde 1823, en que les fue devuelto el convento alhambreño, trasladaran a su iglesia semidestruida las imágenes, si es que contaban con alguna después de la ocupación francesa.
Al llegar la imagen al templo de Santa María, parece ser que fue colocada en el retablo-altar de la derecha del crucero, frente al Señor de la Humildad. Ya en el siglo XX se la colocaría presidiendo el retablo mayor de la iglesia.

La hermandad se funda en el mes de agosto de ese año, dando la noticia el periódico “El Popular” de 18 de septiembre de 1887:
“Bajo el amparo de Nuestra Señora de los Dolores se ha constituido por los vecinos de la Alhambra, una hermandad que se propone sacar el día 25 una procesión con la imagen de aquella patrona”.
Abría la marcha, dos batidores de la guardia civil y seguía parte del acompañamiento con faroles, después la cruz y la manga de la iglesia, gran porción de los fieles con cirios y la sagrada imagen acompañada por distintos individuos de la Guardia Civil, clero, música de capilla y la Banda de la Beneficencia”.
 
“Al paso de la imagen de la Virgen se quemaron innumerables bengalas y era verdaderamente fantástico el efecto que producía en la enramada tiñéndola de vistosos colores. En la fachada de la Fonda de los Siete Suelos, se quemaron ruedas de fuegos artificiales y en la del Hotel Washington un precioso castillo”.

A ello se va a unir a finales del siglo una feria en Plaza Nueva, donde los granadinos podían degustar dulces y productos otoñales del campo.

En 1893 los mayordomos Rafael Ceñan y D. Joaquín Torrente le dieron mayor magnificencia a la procesión invitando a la Guardia Civil montada a caballo y decidieron sacar la imagen de San Miguel para que acompañara a la Virgen. “La muchedumbre apenas se podía contener por las espaciosas alamedas, desparramándose después por la avenida de la Puerta de las Granadas, Plaza Nueva y alrededores de San Cecilio y la Cuesta de los Alamillos y Santa Catalina”. En la explanada de los hoteles Siete Suelos, Roma y Washington la capilla de música le ofrecía el “Stábat Mater” y “Ave María” de Gounod con tenores y barítonos y los maestros Vidal y Montero al piano. En la Plaza de los Aljibes la Virgen se colocaba frente a la Carrera del Darro para que pudiera ser contemplada por las monjas de Santa Catalina de Zafra y las “Bernardas” del Císter.
Personas de eminente rango social fueron mayordomos de esta hermandad, como en 1895, D. Antonio Pérez de Herrasti de la familia de los Condes del Padul y D. José Sánchez de Molina.

Sin embargo, el traslado al último domingo de septiembre de la procesión de la Virgen de las Angustias, nuestra Patrona, al ser oficialmente declarado su patronazgo por la Santa Sede, dejando su procesión de Semana Santa provoca que la hermandad de la Alhambra adelante algunos años su novena y procesión a mediados del mes para no coincidir con la procesión de la Patrona de Granada.

También la coincidencia de fechas con los cultos y procesión de la Patrona, provocará, a principios del siglo XX, que la hermandad de la Alhambra vaya decayendo de asistencia de público a su procesión y cultos, pero la hermandad subsistirá y participará con su imagen en la procesión del Viernes Santo de Santo Entierro Antológico a partir de 1910 en que por vez primera bajó para procesionar con su hermandad portando cirios por las calles de la ciudad.

Ese año el Rey Alfonso XIII, alojado en el Hotel Alhambra Palace, oirá misa en la iglesia de Santa María de la Alhambra y no cabe duda, que se postraría ante la imagen de la Virgen, según nos relata la “Gaceta del Sur”.

La Virgen de la Alhambra seguirá realizando su procesión de septiembre por el recinto alhambreño, al menos hasta 1919, en que no pudo salir el día 29 de septiembre por causa de la lluvia y lo hizo el día 25 de octubre acompañada de la imagen de San Miguel. En 1925 hay otra vez noticias de sus cultos y procesión de finales de septiembre, que salió portando sus devotos cirios y faroles.

El día 18 de abril de ese año de 1925 viene un anuncio en el diario “El Defensor de Granada”, firmado por el capellán D. Emilio Villatoro convocando a junta general de la hermandad para el día 19 en la sacristía de la iglesia invitando a aquellos que se quisieran inscribir como cofrades. Por primera vez se designa a la imagen en esta convocatoria con la advocación de Ntra. Sra. de las Angustias de Santa María de la Alhambra. En dicha junta, con asistencia de gran número de cofrades, se nombró una comisión para redactar un nuevo reglamento para presentarlo al Cardenal-Arzobispo de Granada, D. Vicente Casanova y Marzol. La hermandad contaba entonces con 104 hermanos en ese momento y acordó instalar en la puerta de la iglesia una cruz de mayo, para el día 3, que volvió a repetirse en 1928, asistiendo señoras vestidas con mantón de Manila.

Ello constituía los antecedentes de su hermandad de penitencia, pues se determinan incluso como debían de costearse los hábitos con la intención de procesionar en la Semana Santa de 1926. No sabemos qué ocurrió con esta incipiente hermandad de penitencia, probablemente, el reglamento no les sería aprobado por el arzobispado, cosa que sí ocurrió tres años después, en 1928, cuando se funda definitivamente la actual hermandad de penitencia de Nuestra Señora de las Angustias de Santa María de las Alhambra, que primeramente cada jueves Santo y, después, cada Sábado Santo nos deslumbra con su inusitada belleza, cuando baja desde sus bosques de la Alhambra para emocionarnos con la delicadeza de su expresión dolorida, ofreciéndonos en su regazo el sacrifico del Redentor de los hombres. 

Las Reglas o Estatutos fundacionales fueron aceptados en Cabildo General, el 20 de abril de 1928, siendo aprobados por la autoridad eclesiástica del 23 de mayo de 1928 en documento firmado por S.E.R. Cardenal Casanova y Marzol, Arzobispo de Granada. Las reformas que han sufrido, son, por orden cronológico las siguientes: 7 de marzo de 1930, aprobada por S.E.R. Cardenal Casanova y Marzol; 13 de noviembre de 1956, aprobada por S.E.R. D. Rafael García y García de Castro; 26 de junio de 1962, asimismo aprobada por el Arzobispo de Granada Mrs. García y García de Castro; 29 de diciembre de 1986, aprobada por S.E.R. D. José Mendez Asensio, en fecha 13 de enero de 1987, y finalmente la adecuación al estatuto marco de Hermandades y Cofradías sancionado por el Rvdmo. Sr. Arzobispo de Granada D. José Mendez Asensio con fecha 21 febrero de 1996. Siendo aprobados por Decreto de Palacio, con fecha 25 de octubre de 1996.
Finalmente una modificación de cuatro artículos que inciden en el sistema electoral de la Hermandad, configura la última renovación del cuerpo estatutario. siendo sancionada por el Ordinario con fecha 21 de junio de 2004. 

Titulares.
La imagen de Nuestros Sagrados Titulares, en la advocación unica de Virgen de las Angustias es la obra más importante de Torcuato Ruiz del Peral, insigne escultor andaluz del siglo XVIII. Su autor parece haber querido resumir en ella todos los matices, todos los sentimientos y fervores de la escuela que con él se extingue y en este grupo funde los dos tipos que, aisladamente, con el característico sentido solitario de la escuela granadina, habían venido ejecutándose por sus predecesores. Los funde para darles mayor fuerza, en el trágico momento que la muerte ha prendido en uno de ellos y el dolor se hace carne en el otro; en ese trágico instante que precede a la divina soledad y en el que todavía la madre vive para la contemplación final del Hijo, en el último desbordamiento amoroso de entrega y posesión espiritual, sorpresa y angustia, desilusión y esperanza en su triunfo inmortal.



Aparece representada Maria sosteniendo en sus rodillas el cadáver de su Hijo. Magistral grupo escultorico de la Piedad, una de las mejores piezas escultóricas sobre el tema en España, inclina la cabeza de la Virgen hacia la derecha y dirige su mirada hacia el rostro de Cristo. Su bello rostro presenta los ojos de cristal, pestañas superiores de pelo natural, nariz alargada y labios cerrados, reflejando un dolor silente y recogido. Cinco lágrimas de cristal corren por sus mejillas, dos por la derecha y tres por la izquierda. La mano derecha sostiene la cabeza de Jesús mientras la izquierda se aferra a su mano derecha. La efigie es de talla completa, presentando la túnica y el manto esculpidos todo ello en madera de encina policromada en tonos jacinto y azul cobalto, respectivamente. Se exorna con corona de oro, rojo y blanco , cincelada por Moreno Romera (2000), y puñal de oro, plata y brillantes, de Villarreal (1979).
La frágil hechura cristífera, Nuestro Padre Jesus, muestra la cabeza ladeada hacia el lado derecho. Carece de potencias y corona de espinas. El dramático semblante ofrece los signos propios de una muerte violenta. Los ojos, semicerrados, son vítreos y las pestañas del párpado superior, de pelo natural. La nariz es aguileña y la boca, entreabierta, permite ver la dentadura tallada. La cabellera es larga y ondulada, y el brazo derecho del Varón se desploma elegantemente hacia el suelo. El sudario lo constituye un paño ancho e irregular que envuelve con varias vueltas la cintura de Jesús. Las piernas conservan cierta rigidez de la postura tomada en el madero. Su policromía es lívida, al igual que Maria, lo que hace destacar las heridas y cardenales repartidos por todo su cuerpo.






Patrimonio.

Paso de Virgen.
Es tal vez el paso más singular de toda la Semana 
Santa granadina. Inspirado en el Patio de los Leones de la Alhambra - reproducido a una escala 1:12- y con cuatro faroles en las esquinas, esta realizado en plata, cuenta con motivos nazaries en su ornamentación y presenta unas capillas con relieves también en plata. Fue completado en el año 1931 por Indalecio Ventura y restaurado en el año 1988 por los Talleres de Viuda de Villareal. Para la realización de este paso convocó la hermandad en el año 1929 un concurso al que se presentaron dos proyectos "Dar Garnata" y "Palacio arabe", que fue el que ganó. Se da la anécdota de que el autor de tan inmejorable joya, aunque entendía de arte, no era un profesional y para realizar el paso se sirvió solo de la ayuda de sus mas íntimos allegados. En total esta formado por 1734 piezas independientes y todos los arcos, pilastras y capiteles están labrados tanto en el exterior como en el interior. 
En el frontal del paso aparece un ostensorio con reliquias de San Juan de Dios, realizado en plata y oro de ley con pedrería en los talleres de Villareal. Se da la anécdota de que no fue Santa María de la Alhambra la primera imagen que procesionara sobre este paso, sino el Cristo de la Esperanza, de Pablo de Rojas, con motivo de un via-crucis organizado por la Federación de Cofradías en 1931, solo unos días antes de que procesionara, ya en Semana Santa, la Virgen alhambreña sobre este paso.

HABITO NAZARENO: : Túnica de color crema, capillo, capa y cíngulo azul.


http://www.cofradiaalhambra.es/home.html

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